Día de la Mujer en Proyecto Socobosco

Seguimos celebrando a través de diferentes actividades el Día de la Mujer.
En este caso la actividad la hemos compartido con los alumnos de IES Don Bosco y su gran profesor Juan Damián,  que  nos ayuda siempre a preparar actividades significativas  de gran interés para los chicos.
En este caso hemos tenido un encuentro en el hall, leyendo un manifiesto y cantando la ya conocida canción «La puerta violeta» de nuestra paisana Rozalén.
Posteriormente ha tenido lugar un taller de radio en el que hemos hablado de mujeres muy significativas en el mundo de la música, entrevistas  y analizado  diferentes canciones de actualidad cuyo mensaje nos habla de la igualdad de género y la violencia de género como por ejemplo:

Postureo – Beatriz Luengo

Una de las grandes voces urbanas de nuestro país y una de las más activas en el feminismo. En la letra de esta canción dice cosas como éstas: «Ni yo juego a la escoba, ni tú a las espadas. Ni soy tu princesa, ni tampoco tu esclava. Además, tengo armadura para tus balas».

Lo Malo – Aitana y Ana Guerra

La canción de las que fueran concursantes de Operación Triunfo fue uno de los fenómenos musicales de 2018. Frases reivindicativas como “yo decido cuándo, dónde y con quién” han sido himno en manifestaciones. Así es como “Lo Malo” se ha convertido en uno de los imprescindibles temazos feministas.

También hemos leído un poema de Mario Benedetti «La gente que me gusta» que recalca la importancia del trabajo en equipo, independientemente de si eres hombre o mujer. Todos, JUNTOS, haremos un mundo mejor.

«La gente que me gusta»

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.

Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.

A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.

La gente que nunca deja de ser aniñada.

Me gusta la gente que con su energía, contagia.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

La gente que lucha contra adversidades.

Me gusta la gente que busca soluciones.

Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.

Me gusta la gente que tiene personalidad.

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.

Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.